27/7/10

Maria del Carmen del Moral Pedrajas: Espinas en el Corazón


María es una chica que tiene muchos deseos y uno de ellos es encontrar a su amor verdadero pero para ello tendrá que pasar por muchos chicos, que algunos de ellos serán amores imposibles pero que con el tiempo ella se irá volviendo una chica muy madura.


Prefacio
No sabia lo que me podía ocurrir en aquel momento pero yo sabia algo, aquello era real pero a la vez algo fantástico porque aquél cuerpo era de infarto.


Capítulo 1



Estábamos de vacaciones lejos de nuestro hogar, exactamente en Cádiz en la playa se estaba realmente a gusto con aquel atardecer tan bonito , las olas perdiendo sus fuerzas al llegar a la orilla, todo el mundo parecía muy tranquilo.
Tras de mí estaba mi madre que era una persona muy buena pero algo egoísta y deprimida desde que murió mi padre, cuando yo tenia solo tres añitos, apenas le recuerdo pero también influye el tener quince años una edad en la que solo tienes dos cosas en la cabeza: el amor y la amistad.
Allí había muchos chicos pero por ahora no había ninguno que me llamase la atención. Bueno sí, si que había uno, era moreno, con el pelo corto, algo musculoso pero sobre todo era muy simpático algo que muchos chicos ni saben lo que es, con eso no quiero decir que todos sean iguales porque como veis hay excepciones como Henry que así se llamaba. A él le gustaba hacer surf, jugar a voley y sobre todo el fútbol algo en lo que a mí me apasionaba, era un buen deportista.
Ahora mismo está jugando a voley, ¡no!, se ha percatado de que le observaba, se dirige hacia aquí, no te pongas nerviosa, María, ahora no.
-Hola, ¿Cómo estás, María?- me saludó con una amplia sonrisa sentándose a mi lado de la toalla.
-Bien, supongo- balbuceé
-He visto que me mirabas mientras jugaba y me preguntaba si…-se puso rojo como un tomate pero consiguió terminar la frase-¿quieres venir este sábado a la fiesta que vamos a hacer aquí en la playa?
-Sería todo un placer pero no conozco a mucha gente de por aquí.
Puso los ojos en blanco- No seas aguafiestas y ven que conmigo no te aburre- dijo soltando una carcajada
-Entonces iré-dije riéndome también
De pronto nos callamos y nos quedamos mirándonos un buen rato, sonó mi móvil, yo no me dí cuenta hasta que él bajó la mirada y me preguntó:
-¿Acaso no lo vas a coger? Pone mami- extrañado
-Oh, no, es solo para que me vaya a las nueve al apartamento-explicandoselo
-Ah, bueno, mis amigos me reclaman pero antes de irme tengo que darte dos cosas-sacando del bolsillo una pulsera de cuero trenzada-esta es para ti y esta otra-dijo enseñándome otra exactamente igual- es para mí, son pulseras de la amistad, sé que nos conocemos desde hace solo una semana pero es que me caes mejor que muchos de mis amigos de preescolar lo segundo es…- se levantó se puso de cuclillas y me dio un beso en la mejilla, un beso muy dulce, yo cerré los ojos y lo abracé era algo que nunca había sentido antes- bueno me tengo que ir, mañana nos vemos por aquí, ah y ¡que no se te olvide la fiesta!- dijo con su gran sonrisa
-Claro, siempre a tu disposición, Henry- dedicándole mi mejor sonrisa, la cálida y grande.
Me quedé allí sentada pensando en todo aquello, en lo que había sentido, me asustaba pero a la vez me gustaba, era muy cálido.


Capítulo 2


Al día siguiente me desperté sonriendo porque había tenido un sueño con Henry en el que me besaba.
Me levanté rápidamente porque eran las diez de la mañana y él iba a la playa a las diez y media me quedé mucho rato pensando en lo que me iba a poner pero de pronto pensé solo voy a la playa con cualquier cosita bastará, me puse lo primero que ví y me dirigí hacia la playa. En la calle mientras pensaba en él y su cuerpazo cuando de pronto alguien me tocó el hombro y me giré, era él, iba sin camiseta, con un bañador naranja fluorescente, unas chanclas negras y una tabla de surf.
-¿Cómo estás, María? ¿Tan temprano en la playa?
-Pues bien, sí, es que me gusta el solecito- asintiendo
-¡Ah! A mí también, bueno ¿vamos juntos?- preguntó con vergüenza
-Claro, ¿tu me puedes enseñar a hacer surf?
-Vale, pero no es fácil, aunque con tal de estar a tu lado, lo que sea- dijo sonriendo
Nos dirigimos hacia la playa hablando sobre nuestros amigos y la fiesta del sábado.
En el paseo había muchas palmeras y había mucho sol pero no había nadie cosa que me gustaba.
Justo cuando casi habíamos llegado Henry se detuvo.
-¿Por qué te paras?- pregunté confusa
-Quiero darte algo, si tu quieres claro, pero no te lo puedo decir que es
-Bueno vale, confío en ti, guapo
Se acercó hacia mí y me abrazó muy fuerte, era algo que no se podía describir con palabras, cuando se apartó de mí le pregunté
-¿Por qué me abrazastes?
Se puso a llorar y lo volví ha abrazar me dijo que el motivo era su madre, que estaba muy enferma y que le daban una semana de vida. Mi madre estaba deprimida y era egoísta pero la quería si fuese al contrario también me gustaría que estuviesen atenta de mí.
Le pregunté que si quería venirse a mi habitación porque no estaba en condiciones de hacer surf y aceptó, cuando llegamos a mi habitación nos acostamos en la cama y nos quedamos dormidos abrazados del cansancio de llorar, porque sí Henry lloraba yo no podía evitar llorar también.


Capítulo 3

Era viernes y solo quedaba un día para la fiesta, cuando me levanté hice de comer porque era mediodía, me puse a hacer pizzas porque no tenia mucha comida allí. Me dirigí a observar a Henry dormir, era tan dulce que me acosté y lo desperté con un beso en la frente, él me respondió con una sonrisa. Cuando se levantó nos pusimos a comer y a escuchar música algo que a los dos nos encantaba.
Podría tirarme horas y horas describiendo a este chico pero terminaría en dos palabras: Es perfecto.
Ese día se me pasó muy rápido y llegó el gran día, el de la fiesta que tanto esperaba.
Me levanté muy tarde porque a mí siempre me ha gustado mucho dormir y luego para la fiesta no estaría descansada.
Me fui de compras al centro comercial, mi madre me había dado la tarjeta y eso era raro en ella pero quería que fuese guapa.
Mientras entraba a Zara me encontré allí con Henry que estaba probándose un traje que le quedaba realmente bien, me acerqué y lo saludé.
-¿No íbamos a la playa? Ese traje es muy de etiqueta- me pregunté extrañada
-Sí, pero después nos vamos a mi casa y quiero estar guapo- me dijo mordiéndose el labio inferior- sobre todo para ti- ahí se puso rojo y yo también.
-¿Te puedo acompañar y así tenemos opinión para ver que nos queda mejor?
-Vale, pero a ti te queda bien cualquier cosa- comentó halagándome
-Sí, claro, como soy tan guapa…- dije sarcásticamente
-No seas tonta, anda
-Bueno, vale, vamos a mirar
Mientras mirábamos la ropa de mujer porque él ya se había quedado con el traje que se había estado probando empezamos los dos a coger ropa y dirigirnos hacía el probador, al final me quedé con un vestido rojo, mi color favorito, unos zapatos de plataforma, los primeros que me compraba, un bolso pequeñito negro y unas pulseras rojas y negras, realmente me quedaban bien.
Cuando terminamos de pagarlo todo me despedí de él con un beso en la mejilla y un gran abrazo, también le pregunté que si quería quedar esa misma tarde para hacer algo juntos, por supuesto no me dijo que no, le tenia preparado un paseo inolvidable…


Capítulo 4
Quedamos Henry y yo en el paseo marítimo, aquello era precioso, había muchas parejas allí, incluidos nosotros.
Cuando llevábamos un poco andando me paré.
-Henry, te quiero decir una cosa pero tengo miedo de lo que me puedas contestar- dije abrumada- también tengo algo de vergüenza.
-No pasa nada, yo también tenía algo que decirte
Estaba nervioso demasiado para él.
-Lo que quería decir es…- me corté muchísimo pero conseguí seguir- que en estos días he sentido algo que con ninguna persona había sentido antes y te quiero, algo más que como un amigo.
Se quedó sin palabras, me besó suavemente y me dijo:
-Nunca he conocido a una persona tan buena, dulce y cariñosa como lo eres tú, te quiero muchísimo,¿ que te parece si nos vamos a mi casa y nos vestimos allí los dos juntos?
-Vale, pero antes tengo que ir a por mis cosas
Nos dirigimos hacia mí habitación, cogimos todo lo necesario y nos fuimos a su casa.
Era la primera vez que iba a su casa, era preciosa, muy grande pero sobre todo había muchas fotos de su familia.
Me enseñó su habitación, al parecer le gustaba Crepúsculo tanto como a mí, tenia todo decorado de aquello, cosa que me fascinaba, empezó a quitarse ropa para ponerse su traje, hasta que yo comenté
-¿Me tengo que quitar la ropa delante de ti? Es que me da mucha vergüenza
-Mi tonti, si solo te vas a quedar en ropa interior y yo ya te he visto en bikini
-También es verdad, bueno pero no mires mucho que entonces me pondré roja.
Empecé a quitarme ropa y conforme me iba quitando, me miraba más, él estaba también en ropa interior, cuando terminé me dio un beso tan intenso que me hubiese gustado hacer algo más, pero no era el momento ni el lugar indicado, a si que paré y me puse a vestirme.
Cuando terminamos de vestirnos nos dirigimos a la playa con todos sus amigos y amigas.
Allí había un chico de ojos verdes y moreno, parecía un bombón, justo cuando terminé de mirarlo me percaté de que Henry estaba furioso, estaba celoso.
-Cariño, porque mire a otros no quiere decir que no me sigas gustando y que no te quiera, te amo- le dije desde mi profundo ser
-¿Notastes mis sentimientos? Nadie, incluso mi madre era capas de hacerlo, es algo curioso- dijo pensativamente
Aquello era algo realmente muy extraño pero no le dí la más mínima importancia…

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